Ámsterdam y el Barrio Rojo.
La prostitución en los Países Bajos se remonta al siglo XVI, cuando los marineros que llegaban a los conocidos puertos holandeses, buscaban mujeres para saciar sus deseos después de meses de abstinencia sexual.
En el siglo XVI una compañía de la Marina Mercante de gran importancia y volumen económico fortaleció la expansión holandesa y convirtió a Ámsterdam en el primer puerto mundial y centro económico. La gente que llegaba a la ciudad visitaba las, Speelhuis, casas de juego y de baile donde las prostitutas recogían a sus clientes.
Durante la invasión francesa, se creó una nueva normativa que obligaba a todas las prostitutas a registrarse en la policía y pasar controles médicos para erradicar enfermedades de transmisión sexual, era el gobierno el que se encargaba de supervisar el cumplimiento de este reglamento.
En Ámsterdam a escasos metros de la estación, muy cerca de la iglesia Oude Kerk, está el Barrio Rojo, que se extiende en tres distritos diferentes: De Wallen, el más conocido de ellos, Singelgebied y Ruysdaelka. El nombre de Barrio Rojo proviene de los neones rojos que iluminan las vitrinas, la calle central Warmoestraat es la más concurrida con muchos bares y llena de curiosos.
Para verificar que se respete el reglamento, el «Red light district» es observado por policías, trabajadores sociales y grupos civiles. Enfrente de la iglesia Oude Kerk, dándole la espalda se encuentra un monumento en bronce llamado Belle, dedicado a las profesionales que ejercen la prostitución.
En los años 60-70, el Barrio Rojo se convirtió en la zona libre para la industria del sexo. El cuerpo de la mujer se convirtió en una atracción turística. Algunas de ellas trabajan por placer y otras porque no tienen otras alternativas. Muchas de ellas trabajan hasta 11 horas, 6 días a la semana.
Generalmente, en las vitrinas, las prostitutas exhiben su cuerpo en un escaparate, estas mujeres, declaran sus prestaciones y pagan impuestos como cualquier otra trabajadora. La edad mínima para ejercer la profesión es de 21 años.
El cliente deambula por El Barrio Rojo para elegir a la chica que más le guste. Los clientes son de todas las edades, nacionalidades y de todas las clases sociales. El acto tiene lugar en una habitación, pequeña, donde hay una cama, un armario y un lavabo. Una vez el cliente en el interior, la cortina roja de la vitrina se cierra. Esto quiere decir que la trabajadora está ocupada.
La explotación voluntaria de la prostitución dejo de ser ilegal el 1 de octubre del 2000 cuando se anulo la ley que prohibía los burdeles. Se legalizo con la intención de erradicar los abusos de los derechos humanos y la trata de personas. La prostitución que se realiza a escondidas en otros países se ejerce sin hipocresías en los Países Bajos.
A muchos autóctonos les gustaría que esta zona tan céntrica fuera dedicada a otro tipo de negocios: la cultura, al arte, tiendas de diseño. Hay algunos artistas que ya han conseguido instalarse en estos locales. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los propietarios pierden estas vitrinas por no justificar la procedencia del dinero o no respetar las leyes. Los locales son confiscados, cerrados por las autoridades competentes, y reasignados a otro uso. Hoy en día, Ámsterdam es famosa en el mundo entero por este barrio llamado «Red light district», que, como ya sabes, fue antiguamente distrito de pescadores y marineros.
Ámsterdam y los Coffee Shops.
Debido a los cambios sociales que surgieron en los Países Bajos en los años 60 y a una revisión en la política de drogas en los años 70, este país se convirtió en el pionero en la legalización del consumo del cannabis. Contrariamente a lo que hicieron los demás países, los holandeses decidieron modificar su política legislativa, permitiendo la comercialización, el uso del cannabis y de sus derivados. Atención, esto no quiere decir que en Holanda las drogas no estén prohibidas.
En 2009 se endurece la ley, de los 30 gramos de cannabis que se permitieron para uso personal, se reducen a solo 5 gramos. Los argumentos que dieron los holandeses fueron:
- integrar a los consumidores en la sociedad,
- separar dos mercados de droga: la droga blanda y la droga dura,
- la creencia de la libertad y la responsabilidad ciudadana en el consumo.
Otro aspecto que regulaba la ley era la venta y la consumación, este aspecto quedo resuelto con la creación de los Coffee Shops.
Los Coffee Shops, son establecimientos de hostelería donde no se puede vender alcohol y, bajo condiciones bien estrictas, no se castiga la venta de cinco gramos de cannabis.
Los Coffee shops están sujetos a una serie de normas, como por ejemplo:
- no se puede vender, usar o poseer droga fuerte,
- no se puede hacer publicidad sobre la venta de cannabis,
- no se puede permitir la entrada a menores de dieciséis año,
- no se puede vender más de 5 gramos por persona y por día,
- no se pude almacenar más de 500 gramos de cannabis dentro del local,
- no se pueden causar molestias ni dentro ni fuera del Coffee Shops.
Son los ayuntamientos que dictan sus propias normas, se prohíbe la venta de alcohol, el consumo de tabaco, hay que respetar los horarios de apertura y también la distancia que tiene que haber entre estos locales con escuelas y colegios. Si no se cumplen las reglas hay sanciones muy severas.
Al permitir la existencia de estos locales controlados se protege a los jóvenes y a los consumidores de cannabis (marihuana y hachis) de un circuito criminal. En efecto, al comprar a un traficante ilegal hay más riesgos de entrar en contacto con las drogas duras, sustancias más peligrosas.
Ámsterdam es una de las ciudades europeas con mayor densidad de población y con mayor numero de Coffee Shops. También es una de las ciudades más visitada de Europa y, aunque no todos sus habitantes consumen cannabis, muchos de sus habitantes y visitantes se dan una vuelta por estos famosos locales para disfrutar de un momento eufórico sin tener que esconderse. Estudios han demostrado que no se consume en Ámsterdam más cannabis que en otras ciudades de Europa.
Visita Ámsterdam, su Barrio Rojo y sus Coffee shops.
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Tour por el Barrio Rojo y los Coffee shops de ÁmsterdamDesde: 15,0€ IVA incluido